Destreza
El luchador alguna vez fue más sólido que un toro.
Le encantaba flexionar sus enormes antebrazos aceitados.
Antes derrotaba adversarios con alegría.
Pero ahora, la frágil piel está tensa sobre los huesos,
Y su resuello es un fantasma de su varonil rugido.
En
cualquier punto de la vida, es prudente contemplar la naturaleza de la
destreza. Si la tienes, glorifícate en ella, y úsala sabia y
compasivamente. Pero no debes pensar que eres tú mismo quien está
haciendo esas cosas. Estás tomando prestada esta fuerza. No es tuya. Es
un regalo, algo que está aquí para ti mientras tengas la fortuna de
tenerla. Una vez que pase, no tendrás las victorias, y tendrás que
cargar con el mismo cuerpo y la misma mente. Cuando has sido humillado,
¿qué se ha ido? Tú sigues aquí, aquí para sentir el dolor de no ser
capaz de hacer lo que alguna vez fuiste capaz de hacer –a menos que
aprendas cómo ejercer tu destreza sin identificarte con ella.
Quienes
fallan en aprender esto se convierten en viejos amargados. Maldicen la
vida. Pierden la fe. Eso es porque pusieron toda su autoestima en sus
habilidades y no en quienes eran. Por eso es bueno meditar, y no
acumular las victorias sino la experiencia de esas victorias. Saboréalas. Nadie nunca podrá quitarte eso.
Son las experiencias que surgen de la destreza, no la destreza misma, las que son valiosas.
Autor: Deng Ming-Dao: "365 Meditaciones Tao". pagina de facebook del autor
Enlace original: Karin Usach
Autorizada por Karin Usach la publicación de la traducción en este blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario