Rusticidad
La risa de los campesinos es descomplicada.
La risa de los citadinos está llena de oscuros matices.
La ambición de los campesinos es hacer crecer bien sus cultivos.
La ambición de los citadinos es superar a otros.
La alegría de los campesinos es participar de las estaciones.
La alegría de los citadinos es alcanzar sofisticación.
Cuando
ves gente urbana en la campiña, con frecuencia los puedes oír
burlándose de la simplicidad de los campesinos. Después de todo, tenemos
tantas palabras para mofarnos de ellos: pueblerino, palurdo, campesino,
paleto, patán, montañés, bruto, zoquete, cabeza de repollo, simplón. Si
uno se detiene a pensarlo, ¿son esas descripciones peores que
neurótico, compulsivo, estresado, ambicioso, ladino, astuto, obsesivo,
ávido de dinero, o nuevo rico?
Quienes
siguen el Tao celebran la vida campestre por sobre la difícil
existencia en las ciudades. Aunque ciertamente no podemos regresar a un
modo de vida exclusivamente agrario, es beneficioso para nosotros
considerar el ideal agrario. La vida de ciudad es una construcción
mental que colapsa una vez que dejamos de hacerla realidad.
Afánate
en las ciudades, si debes hacerlo. Pero no olvides que hay poco valor
último en ello. No olvides tu alma, y no olvides que un marco rústico es
la mejor manera de mantener tu alma.
Autor: Deng Ming-Dao: "365 Meditaciones Tao". pagina de facebook del autor
Enlace original: Karin Usach
Autorizada por Karin Usach la publicación de la traducción en este blog.
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