viernes, 19 de febrero de 2016

Autorregulación.

Extendiendo la autorregulación
Por Rebecca MacSween


     La habilidad para alternar entre estados de calma y estados activos en respuesta a nuestro entorno interno y externo es parte del acto de equilibrio llamado autorregulación. En el contexto de un enfoque terapéutico, la autorregulación se considera tanto un proceso subconsciente como una habilidad que mediamos conscientemente

     Por ejemplo, ante una amenaza nuestro cuerpo se tensa. Esta respuesta de tensión es puramente autonómica (reflejo subconsciente). Una vez transcurrido el evento o cuando el nivel de amenaza disminuye, podemos regresar a un estado más relajado mediante una combinación de actividad consciente y autonómica. Este ciclo es parte del proceso de la autorregulación. Es interesante notar cómo en estas respuestas reflejas es nuestro cuerpo el que percibe la situación como segura o peligrosa antes de que lo haga nuestra mente consciente. Esto ocurre mediante un proceso de neurocepción*. 

     La autorregulación es una habilidad que desarrollamos. De pequeños necesitamos ayuda, por ejemplo, para conciliar el sueño, recuperarnos tras un disgusto, etc. De hecho, este aprendizaje se inicia a partir de la concepción. Aprendemos cómo hacerlo a través del ejemplo que proporcionan nuestros cuidadores principales, para responder ante el estrés o la amenaza y con qué facilidad o no son capaces de regresar a un estado de calma. Se convierten efectivamente en nuestro ‘sistema nervioso auxiliar’. Por ejemplo, ¿nos transmiten el mensaje que las emociones deben ser controladas? ¿Cómo expresan el miedo? ¿Son capaces de manifestar emociones fuertes y luego recuperarse? ¿Tienen la capacidad de tomar pausas y asentarse cuando comienzan a sentirse agobiados? ¿Saben cómo relajarse? ¿Es seguro presentar emociones como tristeza, ira, etc? Sean cuáles sean sus respuestas internas, nos basamos en ellas como parte natural de nuestro desarrollo . Dependemos de las respuestas emocionales y físicas de nuestros cuidadores principales, y no de sus palabras, para mostrarnos qué es seguro y qué no lo es, y cómo hacer frente tanto a retos como amenazas. 

     Empleando conciencia en la etapa adulta, es posible cultivar respuestas más fluidas y flexibles a los entornos internos y externos e incrementar nuestra capacidad para la autorregulación. Si por alguna razón hemos desarrollado una respuesta habitual que nos mantiene en un estado elevado de vigilancia y tensión, será posible recuperar la gama completa de expresión de nuestro sistema nervioso. Los beneficios incluyen un aumento del temple emocional, más flexibilidad mental, y capacidad para el reposo y afincarse en el presente. Estos tres aspectos (temple emocional, flexibilidad mental/actitudinal, y presencia) crean un entorno favorable para relacionarse con los demás y con nosotros mismos

     En nuestra práctica del trabajo con bebés y niños debemos primero abordar el rango de respuesta de los padres. Mientras ayudamos al padre a alcanzar un estado de mayores recursos, el niño absorbe la transformación que tiene lugar en el sistema de su progenitor. El niño literalmente aprende, momento a momento, mediante la transformación que tiene lugar en el sistema nervioso de su figura de apego. Este proceso diádico se conoce también como ‘regulación relacional’. Una conexión consciente con las sensaciones corporales es clave para recuperar una expresión plena y flexible del sistema nervioso. Las sensaciones marcan el camino hacia dónde el cuerpo debe ir para hallar su equilibrio. Como terapeutas, a través de una combinación de habilidades manuales y de escucha, facilitamos el paso del cuerpo/mente a través de estados cíclicos de alerta y relajación a la vez que el sistema nervioso encuentra su camino hacia un estado de mayores recursos.

     La autorregulación, a veces conocido como ‘equilibrio dinámico’, es un aspecto importante para el bienestar. Si se le presenta la oportunidad, en un entorno respetuoso, el cuerpo sabe cómo hallar un estado relajado, de mayores recursos a la vez que se mantiene dinámicamente receptivo


Neurocepción, un término acuñado por Stephen Porges que describe cómo, a nivel subconsciente, los circuitos neurales discriminan entre situaciones o personas seguras, peligrosas o si suponen una amenaza para la propia vida


Enlaces originales: implicitmovement.com