Cordura
Tú eres los demonios.
Tú eres la oscuridad.
Tu alma está en juego. Tu alma es la luz.
La disipación es la amenaza.
No claudiques la clave. Solo disúelvete.
Los problemas de la humanidad no son metafísicos. Son personales.
La
condenación está en ti. También lo está la salvación. Tú eres el
príncipe de las tinieblas. También eres el príncipe de la luz. Ninguno
de los dos puede ser expulsado de ti mismo. El arreglárselas
valientemente con esa dicotomía es lo intenso de esta existencia.
La
inercia está a favor de la oscuridad. La gloria está a favor de la luz.
Si no haces nada, te deslizas hacia la oscuridad. Si haces el más
mínimo esfuerzo hacia la luz, serás ayudado. Lucha por la luz. Puesto
que el costo es la disipación –del alma, de la mente, del cuerpo, de tu
humanidad misma.
La clave de todo esto es tu cordura. Tienes que luchar por mantenerla. Ella media entre la luz y la oscuridad.
Si
quieres terminar con la dualidad, debes disolver tu cordura en el todo
universal. No lo hagas hasta que estés listo, porque no hay vuelta
atrás. Hay una tremenda diferencia entre la disipación de no hacer
ningún esfuerzo, y la disolución que uno puede lograr como coronación de
un acto espiritual.
Autor: Deng Ming-Dao: "365 Meditaciones Tao". pagina de facebook del autor
Enlace original: Karin Usach
Autorizada por Karin Usach la publicación de la traducción en este blog.
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