miércoles, 7 de noviembre de 2012

EMOCIONES Y SENTIMIENTOS: motivación, autoconocimiento y expansión de la consciencia.


     Una tarde de verano decidimos dar un paseo por el campo. Al vadear un río, atravesamos una zona de tupida vegetación y oímos un ruido. Durante unos segundos nos quedamos quietos, el latido cardiaco se detiene, los sentidos se agudizan. Quizá decidimos que no es nada importante y reanudamos la marcha o quizá comentamos a sentir calor, inquietud y la mente comienza a hablarnos muy rápido hasta que decidimos alejarnos a prisa del lugar.

     En otro escenario, tras un duro día de trabajo, nos sentamos en la playa a contemplar una puesta de sol buscando un poco de silencio. Mirando al horizonte sentimos como los pensamientos se alejan y nos invade una profunda sensación de paz. Los pensamientos se aquietan y el cuerpo comienza a vibrar hasta que deja de ser perceptible. De repente sentimos que somos uno con lo que nos rodea, que a veces vivimos ilusiones creadas por nuestros pensamientos. No recordamos cuanto tiempo estuvimos así, solo que al regresar a casa algunos de nuestros valores parecen haber cambiado.

     En la primera situación, el miedo dispara los pensamientos y estimula la alerta del organismo, nos preparamos para la huida ante un posible peligro; el cuerpo segrega sustancias que activarán los músculos para facilitarnos una rápida respuesta mientras la mente analiza sin parar lo que ocurre y las posibles soluciones. En la segunda situación, nos abandonamos a la contemplación y de repente nos volvemos transparentes, se instala entonces un profundo sentimiento de gratitud y de trascendencia. Ambas situaciones son diametralmente opuestas, tienen en común que “nos sentimos” de una determinada manera. Para diferenciar, llamaremos emociones a las primeras y sentimientos a los segundas.

     Las emociones están presentes en muchas especies animales. Algunas como el miedo o la ira son respuestas de supervivencia, otras como la alegría o la tristeza nos informan del valor que tienen las cosas para nosotros. No hay nada malo en ellas, cumplen una función biológica importante. Lo que nos hace especiales a los seres humanos es que pensamos. Pensar significa que podemos modular estas respuestas analizando una situación, y también significa que la manera en que entendemos el mundo influirá en nuestra respuesta emocional.

    En las emociones humanas un aspecto fundamental es el aprendizaje. Los niños aprenden a tener miedo a ciertos animales según las reacciones que observan en sus padres.  Hay factores culturales, asociamos emociones a situaciones o seres vivos con los que nunca hemos tenido una experiencia directa en función de lo que nos enseñan sobre ellos, así se explica el prejuicio. Otros dependen más de la historia personal, como por ejemplo que tengamos un ataque de pánico al ver una abeja,  si sabemos que somos alérgicos y ya conocemos las consecuencias,  o caminar con miedo por una calle oscura de una ciudad si en el pasado tuvimos una mala experiencia. Y finalmente hay factores que tienen que ver con las creencias que sostenemos sobre nosotros mismos. Una buena autoestima nos hace sentirnos competentes para resolver cosas y nos vacuna contra lo que otros piensan de nosotros. Hoy vivimos en sociedades poco expuestas a peligros naturales, son las relaciones sociales o laborales las que pueden desencadenar fuertes emociones aunque los peligros no sean tan objetivos o reales,  por lo que conocer la manera en que interpretamos los acontecimientos en términos de autoimagen es fundamental. 

Solidaridad
     En el otro lado tenemos los sentimientos. Puede que sea una cualidad esencialmente humana. Cuando los experimentamos nos expandimos en todos los sentidos y siempre dejan un poso que nos eleva en un sentido de calidad humana. El amor, la compasión, la gratitud son estados del Ser que nos hacen sentirnos plenos y que nos acercan a otros. Están ahí solo que no siempre dejamos que lleguen. Si vivimos instalados en una emoción va a ser difícil experimentar estos sentimientos. Los sentimientos expanden la consciencia y trascienden los pensamientos, en cierta medida nos piden que nos abandonemos a la experiencia. El control excesivo sobre lo que sentimos puede ser un freno, quizá nos ayude con las emociones adversas pero puede convertirse en un hábito que desate la alarma cuando nos dejamos llevar por otras vivencias mas positivas.

     En resumen emociones y sentimientos son estados del SER porque afectan a la totalidad (física, emocional, mental y espiritual). Tienen que ver con experiencias externas o internas que se modulan fácilmente por los pensamientos. Son totalmente naturales, la tarea no es negarlos sino conocerlos. Son muy útiles, pueden ser un excelente mecanismo de supervivencia, nos proporcionan información en relación al exterior o a nosotros mismos por lo que nos dicen exactamente donde estamos y como podemos evolucionar. Pueden sumirnos en la oscuridad o elevarnos al infinito. En el caso de la emociones el riesgo es no saber como dejarlas ir cuando ya no son necesarias de forma que no se queden dentro y se extiendan a otras situaciones o condicionen nuestro carácter. Los sentimientos (las emociones mas ligeras y vibrantes) son sin embargo Estados que debemos cultivar: son fuente de conocimiento más allá del pensamiento;  nos vuelven saludables, más cooperativos,  más vitales y creativos, y de ellos emana un comportamiento moral más anclado en la experiencia y menos en el dogma.


PARA UNA BUENA GESTIÓN DE LAS EMOCIONES:

     Se resume fundamentalmente en aprender a convivir con las emociones con transparencia y aceptación, aprendiendo de ellas cuando ocurren y sabiendo dejarlas en el pasado cuando pasan. Después aprende a transformar las emociones en sentimientos y trata de vivir así, observa como esto suaviza el cuerpo, cómo amplía tu campo energético, cómo cambia tu manera de pensar, de sentir, tu comprensión de las cosas, es un camino de espiritualidad.

Lo que más nos puede ayudar:

1.- Presencia: Se trata de desarrollar una cierta capacidad de ponerse detrás de lo que ocurre, incluyendo la experiencia subjetiva. Es lo que los meditadores llaman el testigo o el observador. Los seres humanos tendemos a tomar partido enseguida, juzgando como bueno o malo, y atribuyendo verdad o falsedad. Podemos acostumbrarnos a ser observadores algo más imparciales lo que nos permitirá sentir mucho mejor el peso de todos los factores objetivos y subjetivos.

2.- Consciencia corporal: Tenemos que ser capaces de seguir el recorrido de las emociones en el cuerpo. Nos ayudará a identificarlas mejor, a ver la relación entre las emociones y los órganos y entre el estado de estos y la calidad de los pensamientos. Si nos alejamos mucho de las sensaciones corporales corremos el riesgo de vivir en un mundo mental y emocional demasiado virtual,  muy lejos de lo que pensamos y sentimos en realidad. Habría que irse acostumbrado a “sentir los pensamientos”.

3.- Creencias: Por un lado qué pensamos de  lo emocional en general, si lo vemos como un aliado o una enemigo, como una parte fundamental del ser humano o como un residuo inútil. Algunas personas creen que las emociones nos vuelven débiles y otras que son un impedimento para el conocimiento objetivo, otras simplemente se ven incapaces para convivir con ellas. Si pensamos así será más fácil ignorarlas o reprimirlas.  Por otro lado hay que recordar que reaccionamos según la interpretación que damos a las cosas. Las atribuciones que hacemos en una situación específica y las creencias en general que tenemos sobre el mundo y nosotros mismos influirán en la aparición y modulación de las emociones.

4.- Condicionamientos y bloqueos. Los seres vivos automatizan respuestas según sus experiencias pasadas, a esto le llamamos condicionamiento. Personas o situaciones nos pueden producir una respuesta emocional inmediata solo por el hecho de que se parezcan a otras significativas de nuestra historia personal. Si estas respuestas nos crean problemas conviene hacernos más conscientes del condicionamiento para intentar resolverlo, muchas veces es suficiente con darnos cuenta de que es un hábito, lo que nos da la oportunidad de probar otros caminos. A veces la reacción es muy turbadora lo que nos indica que somos víctimas de los restos de un antiguo trauma. Si esto ocurre, reconstruir mentalmente los sucesos del pasado no siempre soluciona el problema, a veces incluso puede que solo sirva para reforzar las respuestas desadaptativas. Es importante trabajar con el cuerpo en la recuperación de estos bloqueos. La meditación y el trabajo corporal consciente (por ejemplo el Qi Gong) pueden ayudar a liberar los mecanismos naturales de curación. La terapia craneosacral (en especial la versión biodinámica) puede ser también un buen recurso.

Transparencia
5.- Expresión. Lo peor de una emoción densa es bloquearla. Hay que aprender a dejarla circular o transformarla pero no a negarla o atraparla, en caso contrario esa energía en movimiento se estancará, pondrá rígidos los tejidos y disminuirá la capacidad respiratoria lo que nos pondrá en riesgo de enfermar. Una emoción estancada también puede limitarnos psicologicamente. Podemos liberarla llorando o riendo o expresándola con toda su intensidad. Podemos transformarla si nos adentramos con profundidad en ella, en los pensamientos que la acompañan, en las creencias que la sustentan. Esto exige sinceridad, fuerza interior y mucha compasión con uno mismo (aceptación). Para transformarla nos puede ayudar mucho apoyarnos en una buena red social, pero para que esta red sea realmente eficaz también tiene que sustentarse en los principios de sinceridad y aceptación incondicional, si nuestras relaciones sociales están basadas en la convención nunca nos ayudarán realmente a hacernos cómplices de nuestros sentimientos.

6.- El Ego. ¿Quién soy? Si nos hacemos esa pregunta seguramente haremos una larga lista de adjetivos y categorías. Nos situaremos en un continuo valorativo entre rasgos cuyos extremos son positivos y negativos. También podemos aceptar como identidad al observador y este no se define, no tiene rasgos, solo es. La diferencia es que el Ego está poniéndose continuamente a prueba.  Si tengo éxito me siento bien, si fracaso mal. Tanto el éxito como el fracaso son relativos pero ambos inciden en el juicio que hace el ego de sí mismo. Recordar que los juicios son siempre arbitrarios, generalmente de naturaleza cultural y son siempre una decisión personal y ni siquiera a veces racional. Una vez más la cuestión es no quedarse demasiado en contenedores trabados por pensamientos, mas ser y menos “tener” juicios. Una cuestión importante para nosotros es que el Ego se nutre de la actividad mental. "Poseer" contenidos es importante para él y no acepta bien el vacío ni que se cuestione lo que ha hecho suyo. Es por esto que además de alterarnos emocionalmente cuando nos valoramos negativamente también mostramos mucha resistencia a cambiar nuestras creencias incluso cuando la realidad se muestra obstinada. No hay nada personal en esto, es su naturaleza. la llegada del "testigo" nos permitirá poco a poco irnos desapegando de las cosas a las que nuestro Ego está aferrado, sin esas cosas no existe.

7,- Cultivar los Sentimientos. Como hemos visto emociones y sentimientos son estados antagónicos del SER.  A veces una manera fácil de salir de una emoción es evocar un sentimiento. si bien tanto unos como otros son cualidades humanas y están ahí  podemos desarrollar hábitos en una dirección u otra. En gran parte el crecimiento espiritual depende del estado de apertura en que vivimos. Intenta traer al momento presente la disposición personal que mas te convenga, al fin y al cabo nosotros elegimos. 

8.- Equilibrio general. La hora del día, la estación del año, la alimentación, el estrés, el sueño, la satisfacción con el trabajo, el nivel de realización personal, dar y recibir afecto, el estado de salud, todo esto influye en la predisposición a tener unas emociones y otras. Como siempre se trata de equilibrio. Algunas técnicas nos pueden ayudar a experimentar y comprender mejor como sostener este equilibrio, en especial las respiratorias, las que actúan sobre la circulación energética y la meditación.


ENLACES


Las emociones en la práctica del Qi Gong   Alquimia Taoísta. Longevidad e inmortalidad
Centrate, aquieta los pensamientos, conoce la intención  Meditación en el Dan Tien superior
El factor emocional en la salud Claves para una buena salud

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