Cola de Milano
“Mide dos veces antes de cortar,” decía el viejo artesano.
Sólo la cuidadosa planificación y la paciente habilidad hacen una cola de milano.
Los primeros mueblistas se enfrentaron al problema de unir dos piezas de madera en el ángulo correcto, para que pudiesen resistir la tensión no sólo del uso sino también del clima. Especialmente en lugares donde los veranos son calurosos y húmedos y los inviernos fríos y secos, una plancha de madera puede cambiar sus dimensiones entre un cuarto y media pulgada. Lo suficiente para hacer que las uniones se separen y los cajones se atasquen!
El ensamblaje de cola de milano sujeta porque las dos piezas de madera entrelazada se expanden y contraen en la misma proporción. La dirección en que tiran es contra el cierre de la juntura. El subproducto de toda esta magnífica artesanía es una juntura encajada con tanta precisión que es algo bello en sí mismo.
Cortar una juntura de cola de milano es de una habilidad demandante. Las líneas deben ser trazadas con gran cuidado, y el corte debe ser realizado cuidadosamente usando una sierra delgada. El material sobrante debe ser recortado lentamente con un formón afilado hasta que ambos lados se ensamblen ceñidamente. Hacer una juntura de cola de milano requiere planificación, habilidad y paciencia.
Hoy en día, los materiales sintéticos baratos no respiran con las estaciones. Eso puede reducir los inconvenientes, pero ha reducido también la oportunidad para otra relación con el Tao. Porque cuando los mueblistas buscaban fabricar muebles que fuesen compatibles con la madera, las estaciones, y su propio ingenio, estaban en perfecta sintonía con el Tao.
Autor: Deng Ming-Dao: "365 Meditaciones Tao". pagina de facebook del autor
Enlace original: Karin Usach
Autorizada por Karin Usach la publicación de la traducción en este blog.
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