viernes, 30 de noviembre de 2012

365 meditaciones Tao. "Cucharón"

Cucharón

Cucharón de bambú, cuenco de granito.
Corteza de hielo sobre el entintado embalse.
La luna resplandece en el cuenco
Hasta que la plenitud se escurre.
 

Algunas personas son como cucharones. No importa qué traten de recoger, termina escurriéndoseles otra vez. Para ese tipo de personas es extremadamente difícil acumular algo en la vida. 

Si tú eres como un cucharón, aún mayor razón para concentrarte en los recursos que tienes. La pobreza de cualquier clase no necesita ser un elemento disuasivo si sabes cómo utilizar la riqueza que posees. Debes abrazar tu destino, trabajar con él, y aprovecharlo. 

En última instancia, no podemos asir realmente nada de forma permanente en la vida. Nacemos desnudos, morimos desnudos, y a decir verdad vivimos desnudos. A lo que le tomamos gusto –nuestra ropa, nuestra riqueza, nuestras relaciones- es todo externo a nosotros. Nos es fácilmente arrebatado por una golpiza del destino. 

Tratamos de internalizar nuestras experiencias y nuestro entendimiento. Incluso eso podemos perderlo por estrés, senilidad, una memoria pobre, pensamiento desorganizado, drogas o un shock. Verdaderamente, todos somos cucharones. Lo poco que la vida nos ofrece gotea escurríendose. 

Quizás incluso la más pobre de las situaciones es rica, porque toda la futilidad de la vida nos lleva a abrazar el Tao. Después de todo, es mayor que todos los infinitos y más sutil que la menor de las briznas. Sentirlo requiere de gran fortaleza. Notarlo requiere de la delicadeza de una libélula. Cuando te canses de aferrarte a la vida, encontrarás los medios para entrar en el Tao. 



Autor: Deng Ming-Dao: "365 Meditaciones Tao". pagina de facebook del autor
Enlace original: Karin Usach
Autorizada por Karin Usach la publicación de la traducción en este blog.

jueves, 29 de noviembre de 2012

365 meditaciones Tao. "Burro"

Burro

Desmonta tu burro en la cima.
 

Algunos de los lugares de este mundo son muy difíciles de subir, y la gente usa animales. Cada persona sólo puede montar uno, y cada animal puede tener un nombre diferente. Los jinetes suben el sendero en diferente orden, y discuten sus variadas opiniones respecto de sus experiencias. Incluso pueden tener opiniones opuestas: Un viajero puede pensar que el viaje es emocionante, otro puede encontrarlo aterrador, y un tercero puede encontrarlo banal. 

En la cima todos los viajeros paran en el mismo lugar. Cada uno de ellos tiene la misma oportunidad de ver las mismas vistas. Los burros son puestos a descansar y pastar; ya no se necesitan. 

Todos viajamos el camino del Tao. Los burros son las diversas doctrinas que cada uno de nosotros adopta. ¿Qué importa qué doctrina adoptemos mientras nos lleve a la cima? Tu burro puede ser un burro Zen, el mío un burro Tao. Hay burros Cristianos, Islámicos, Judíos e incluso burros Agnósticos. Todos te llevan al mismo lugar. ¿Por qué burlarse de otros sobre el nombre de sus burros? ¿No estás montando uno tú también? 

Cuando llegamos a la cima deberíamos dejar de lado tanto a los burros como a las experiencias que tuvimos en el ínterin. El que hayamos subido en sufrimiento o con alegría es irrelevante; estamos allí. Todas las religiones tienen diferentes nombres para sus modos de llegar a la sagrada cima. Una vez que llegamos a la cima, ya no necesitamos de los nombres, y podemos experimentar todas las cosas directamente.  



Autor: Deng Ming-Dao: "365 Meditaciones Tao". pagina de facebook del autor
Enlace original: Karin Usach
Autorizada por Karin Usach la publicación de la traducción en este blog.